Muchos piensan que la Tuberculosis es una enfermedad del pasado, pero lamentablemente para ellos y para nosostros, es una enfermedad que aún hoy más allá del 2000, está presente, y que si la situación mundial perdura o empeora, seguramente, también empeorará esta enfermedad.
Sigue siendo una de las causas principales de mortalidad en el mundo por enfermedades infecciosas entre los adultos, con aproximadamente 1.7 millones de muertes atribuidas a la Tuberculosis en el 2006.
El 24 de marzo es el Día Mundial de la Tuberculosis; esta celebración anual conmemora la fecha en el año 1882 cuando el Dr. Robert Koch anunció el hallazgo de la bacteria M. tuberculosis causante de la Tuberculosis.
Entendemos, y de forma sinética la definición, como enfermedad profesional, aquella contraída a consecuencia del trabajo.
Dentro de las patologías contraídas en ocasión del trabajo, ésta es una de las presentes en el médico y los trabajadores de la salud.
El personal médico tiene de 2 a 3 veces más probabilidaes de contraer la enfermedad que el resto de la población, y los tabajadores de laboratorios expuestos al Mycobacterium Tuberculosis, tres veces más; así también los expuestos a esta patología son los veterinarios y sus acompañantes o ayudantes.
Otros ambientes de trabajo que presentan alta prevalencia son los albergues, centros de rehabilitación, cárceles y en diferentes lugares de hacinamiento donde el o los trabajadores allí presentes, tengan contacto.
Porque el objetivo es controlar la infección a través de medidas que eviten la generación y propagación de los núcleos goticulares.
-Detección, aislamiento, diagnóstico y tratamiento precoz de los pacientes con sospecha de Tuberculosis.
-Aislamiento estricto del paciente tuberculoso o con alta sospecha.
-Conocimiento del estado tuberculínico del personal sanitario o personal expuesto frente a la Tuberculosis.
Como medidas preventivas de uso personal, lo más sencillo de realizar es con mascarillas y respiradores; por supuesto, de buena calidad, las correctas para la prevención y con un buen uso.
Los trabajadores sanitarios, como fue expuesto al comienzo, tienen más riesgo que la población general de infectarse y enfermar por Tuberculosis. El riesgo es mayor en los profesionales que tienen contacto con las secreciones de los pacientes, variando en cada país, e incluso entre regiones del mismo, posiblemente en función de la distinta aplicación de las medidas de control tanto en la comunidad como en los centros sanitarios.
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